Vamos a coger una balanza (como buen libra), en ésta vamos a poner en un lado las cosas que uno da y en el otro las que uno recibe. Lo ves y te gustaría pensar que en un lado hay plomo y en el otro hay paja, pero no, por desgracia estos sentimientos tienen la misma densidad.
Los seres humanos tendemos a agarrarnos ferozmente a uno de los lados para que esa balanza no se rompa. El problema viene cuando te quedas sin fuerzas y el plomo cae al suelo. Piensa si te compensará agacharte para recogerlo....

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