Hay días que a saber por qué se te queda una canción. Hoy me ha pasado a mí con Supertramp. Encantado de la vida, mejor así que no te pase con cualquier otra cosa barata que se te mete en el cerebro como un gusano.
Escribir una entrada con resaca te hace ver las cosas de diferente manera. Pensarás que es una auténtica tontería, pero si te digo que es Martes y que estoy sentado en una clase de la universidad el prisma cambia.
No es que sea el mejor día de mi vida. Ayer nos metieron cinco, aunque me niego rotundamente a hablar de eso, los madridistas ya tenemos callo.
Pienso en que tengo 22 años y que dentro de exactamente un año estaré cerrando mi inútil carrera. Tendré que enfocarme al mundo laboral por fin (con lo vago que soy), buscar una relación estable para joderme el resto de mi vida y a ver si con un poco de suerte he dejado de fumar.
Quién sabe si seguirá éste blog o si seguiremos pasando esas noches entre castañas y setas mientras quemamos el polen de las flores.
Sólo se que me gusta mi insulsa rutina, y que cuando la vida nos empiece a atrapar sigamos pasando alguna noche muerta que otra. Porque al fin y al cabo la vida son pequeños detalles.
Te doy toda la razón con los detalles. La rutina deja de existir cuando algo cambia, cuando una cosa pequeña hace que el día sea completamente diferente.
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